miércoles, 3 de septiembre de 2014

Nunca dejaré de escribir



Escribir es mezclar saliva con saliva,
asaltar lo ininteligible
bajar al misterio de tus labios.

Quiero volver a gatear,
quiero comer infancia
y relincharme con fervor.

Aunque débil y fugaz,
la porción de poesía que un dios
magnánimo me regaló,
brillará en el corazón de las tinieblas.

Las playas están llenas de guijarros y poemas,
de estrellas recién estrenadas,
manos llenas de ojos y caricias,
aforismos metálicos para parar la guerra.

La vida se me ha pasado volando,
pienso tomarme la revancha.



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